Técnica inhalatoria
Cómo trabajar la técnica inhalatoria: habilidades
La técnica del paciente en el uso del inhalador es un aspecto que debemos trabajar, sobretodo en cuanto a su habilidad.
Hay que tener en cuenta que en la mayoría de ocasiones el paciente es reticente a leer las instrucciones completas del dispositivo. Eso implica que no se realiza una administración correcta de la medicación.
Además, en ocasiones se usan distintos tipos de inhaladores con diferentes modos de uso, que pueden confundir al paciente si no se les explica de forma correcta.
Podemos trabajar habilidades generales o buenas prácticas, que son adecuadas para la mayoría de dispositivos inhalatorios:
- Posición: Es adecuado que el paciente se encuentre en postura erguida en el momento de tomar la medicación, ya sea bien sentado o de pie, ya que aumenta la capacidad pulmonar.
- Verificar dosis: Se debe proceder a verificar si el dispositivo que utilizamos tiene carga efectiva. En los dispositivos con contador de dosis se puede visualizar directamente, mientras que debemos consultar las instrucciones del fabricante en caso que no lo tenga. En caso de monodosis, verificar también que la cápsula sea nueva.
- Retirar el tapón protector que protege la boquilla.
- Si es necesario, agitar el dispositivo.
- Poner la boquilla en la boca, sujetando el dispositivo con los labios de forma firme, pero no con fuerza excesiva.
- Sacar el aire completamente de los pulmones previamente a accionar el dispositivo. Empezar la inspiración y accionar el dispositivo. La coordinación en esta maniobra es clave. La maniobra inspiratoria debe ser: lenta, en el caso de los dispositivos presurizados, cámaras de inhalación o RESPIMAT® y enérgica, en el caso de los dispositivos de polvo seco.
- Seguir inspirando hasta que los pulmones estén llenos.
- Mantener el aire durante aproximadamente 10 segundos y luego expirar el aire lentamente.
- Si es necesario, limpiar el inhalador o boquilla (preferiblemente con un paño seco), y cerrar nuevamente con el tapón protector.
Mediante esta rutina se establecen unas buenas prácticas generales, aunque hay que recomendar al paciente que lea el prospecto, dónde se explica en detalle el modo de empleo del inhalador.